Centenario de la Federación de Sociedades Gallegas de la República Argentina

1921-2021

Con motivo de cumplir su centenario y como especial homenaje a sus fundadores e integrantes la “Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina (FAGA)”, publicará en las redes y en su portal la historia de esta institución política, destacando su actividad y protagonismo en el seno de la colectividad gallega de la Argentina, haciendo especial referencia al periodo fundacional comprendido entre septiembre y noviembre de 1921.

Una vez superada la pandemia la Federación realizará una exposición por los 100 de vida con la colaboración de especialistas y expertos en migraciones.

Nace en septiembre de 1921 con el nombre de Federación de Sociedades Gallegas, Agrarias y Culturales, como resultado de la unión de doce entidades que suman 1.300 socios. El objetivo enunciado en su Declaración de Principios consiste en la redención del campesino gallego, la superación del atraso económico y cultural de Galicia y la libertad del conjunto del pueblo español. Durante los años 20 logra una gran adhesión del conjunto de microasociaciones comarcales gallegas, totalizando en poco tiempo 40 entidades con 5.800 afiliados. Edita un quincenario llamado El Despertar Gallego, el cual, ante la censura imperante en España, se convierte en uno de los puntos de propagación de las nuevas ideas nacionalistas de izquierda.

En los años 30 la FSG adhiere con entusiasmo a la Segunda República y envía representantes de la emigración a Galicia (Ramón Suárez Picallo, Antón Alonso Ríos, Pedro Campos Couceiro), los cuales se incorporan a los cuerpos directivos del naciente Partido Galeguista. Suárez Picallo y Alonso Ríos serán elegidos diputados a Cortes en diversos momentos. Aquí en Buenos Aires, la Federación continúa editando su periódico, ahora denominado Galicia, dirigido por el prestigioso literato Eduardo Blanco Amor.

Durante la guerra civil ayuda en forma activa al sector leal, enviando dinero, alimentos, medicamentos y ropa y desarrollando iniciativas políticas y de solidaridad para colaborar con la lucha popular contra el fascismo. En las décadas siguientes se distinguirá por su lucha incansable contra el régimen de Franco. La Federación se convierte en el principal ámbito de actuación de los intelectuales exiliados y en caja de resonancia del pensamiento progresista español y gallego. Actúan en sus filas Alfonso Castelao, Arturo Cuadrado, Luis Seoane, Lorenzo Varela, Laxeiro, Ramón de Valenzuela Otero, María Victoria Villaverde y muchos más. Se mantiene la publicación del periódico, y también se editan autores gallegos, entre los que se destacan Xesús Alonso Montero y Manuel Lueiro Rey. La FSG alcanza su apogeo en los años 50, llegando a sumar 58 entidades con 15.000 socios, y editando su periódico en forma semanal durante 20 años.

Los cambios políticos en España encuentran a la FSG apoyando la lucha por la autonomía gallega y por una amplia democratización de la vida política en toda España. En cuanto a la Argentina, se dedica a la defensa de la situación de los emigrados, muchos de los cuales viven en una situación precaria, víctimas de los vaivenes económicos de este país.

La Federación de Sociedades Gallegas dedica sus fuerzas a defender los derechos de los emigrantes y a asistirlos cuando están en mala situación económica, luchando por las pensiones no contributivas y el envío de medicamentos para los más necesitados. Asimismo, empieza con el comienzo del siglo una serie de realizaciones culturales de gran repercusión: el Museo de la Emigración Gallega en la Argentina, Francisco “Paco” Lores, inaugurado en diciembre de 2005, la Biblioteca Galega de Bos Aires, “Antonio Pérez-Prado” en 2007, más una serie de cursos y grupos artísticos que concitan la atención de gallegos y no gallegos que circulan por sus salones: curso de idioma gallego, gaitas, coro, danzas gallegas, cantareiras, folklore, teatro y una orquesta de cámara.

En los últimos años, el accionar de la Federación se ha centrado en un reclamo constante por el reconocimiento por parte del Estado español de los derechos sociopolíticos de los emigrantes gallegos y sus descendientes, las denuncias contra los crímenes del franquismo y por el esclarecimiento de los gallegos “desaparecidos” durante la última dictadura militar argentina. En relación con los dos últimos fines mencionados, la FAGA participa de la querella contra el 1er Cuerpo del Ejército Argentino y contra el Estado español.

En la actualidad, continúan formando parte de la FAGA las sociedades de los municipios de Porriño, Vilagarcía de Arousa, Cambados, Vedra, Boiro, Ordes, Betanzos, Salvaterra de Miño, O Grove, Orensanas Unidas y Amigos do Idioma Galego, entre otras.

Emblema de la Federación de Sociedades Gallegas
Agrarias y Culturales, ca. 1921

Fondo: Archivo de la Federación de Sociedades Gallegas de la República Argentina

PRIMEROS AÑOS

La idea de constituir un organismo que aglutine las diversas microasociaciones gallegas o incluso españolas sobrevoló el ambiente de la colectividad durante toda la década de 1910. Muchos de esos intentos estuvieron impulsados por líderes vinculados al agrarismo y al regeneracionismo gallego, entre quienes hay que destacar a Fortunato Cruces (editor del periódico Nova Galiza) y a Antonio Casais, dirigente de la sociedad de Negreira. En todos los casos, la unión no prosperó debido a diferentes motivos, entre los cuales debemos hacer figurar la inconsistencia política del llamado o las disputas por el liderazgo. El momento de la unidad llegaría con la constitución de la Federación de Sociedades Gallegas, Agrarias y Culturales en septiembre de 1921. Veamos los prolegómenos.

En agosto de 1920 se reunieron en el salón de la Casa de Galicia, calle Moreno 1232, Antón Alonso Ríos (fundador y dirigente de la Sociedad Hijos de Silleda), Manuel San Luis (de la Sociedad Pro Agraria y Oficios Varios de Moraña), Enrique Rodal González y Joaquín Folgar Lema, para discutir el apoyo a un maestro gallego recién llegado a la Argentina desde Caldas de Reyes, perseguido por el cacique de su pueblo. En la Reunión surge la idea de hacer algo más contra la prepotencia de los señores en Galicia y se plantean dos ideas: Alonso Ríos y Folgar Lema proponen un comité de acción que reúna a diferentes militantes de las muchas microsociedades gallegas; San Luis y Rodal González proponen una federación de todas ellas, unión que lograría superar las limitaciones estatutarias de cada una de las entidades. Se resuelve avanzar en una segunda idea y, para ello, San Luis ofrecer el patrocinio a través de la sociedad de Moraña.

Casa de Galicia, calle Moreno 1232

El 9 de octubre de ese mismo año se realiza un acto en el salón Vorwarts, calle Rincón 1141, ámbito largamente frecuentado por los socialistas argentinos, así como por sociedades de resistencia, gremios y otros agrupamientos políticos. En ese acto Alonso Ríos pronuncia un discurso de hondo sentimiento galleguista, llamando a combatir el caciquismo en Galicia y planteando que el patriotismo no debe consistir solamente en ayudar con escuelas y en organizar romerías, sino que se debe desarrollar una acción política tendiente a acabar con las rémoras que entorpecen el progreso en aquel país, que sigue expulsando a su juventud desde hace décadas.

Entrada del club Vorwärts sito en la calle Rincón 1141 entre la avenida San Juan y la calle Comercio, en el barrio porteño de Monserrat

En el entreacto se hace una pequeña reunión con los presidentes de las entidades presentes y se conviene realizar una asamblea formal en la sede de La Estrada, calle Lima 247, el 1 de noviembre.

La sociedad de Moraña (y su dirigente Manuel San Luis en particular) se adjudica la autoría de la idea de constitución de una Federación. Efectivamente, Alonso Ríos no confiaba en una acción común de las sociedades gallegas en forma orgánica por las múltiples y cambiantes disposiciones estatutarias que las limitarían en un accionar político. Sin ser desavenencias importantes en este momento, podemos ver que ya se van perfilando estilos diferenciados, que serán algunos de los que pugnarán por la hegemonía en el seno de la futura federación constituida.

El 14 de noviembre de ese mismo año 1920 se constituye una Comisión Organizadora. Antonio Alonso Ríos es el presidente, aunque actúa por poco tiempo; Antonio Casais (de Negreira) es vicepresidente, y reemplaza a Alonso Ríos hasta el mes de mayo de 1921; Manuel Álvarez Padín (Meaño) es tesorero hasta enero de 1921; Bonifacio Botana, de la Unión Galaico Americana, es secretario y luego presidente, y Román Rodríguez, de Fornelos, es prosecretario hasta abril de 1921. El secretario de actas es Avelino Valladares (de Silleda) y los vocales son Ángel Martínez Castro (Comité de Puenteareas), José Barreiros (Carballeira), Domingo Sendón (Outes), José Radio (Meaño), Luciano Folgar (Moraña), Benito Rey, Manuel San Luis y Ramón Villaverde; Manuel González Iglesias (llamado O Xastre de Lalín), de Salceda, y Juan González de La Cañiza.

La Comisión Organizadora, ya burocráticamente constituida, se reúne mensualmente en forma plenaria, en las sedes de La Estrada primero (Lima 247) y luego en las del Orfeón Gallego (Perú 359), de Álvarez y Cajaraville (Belgrano 694) y de Moraña (Bolívar 655). Reparten una circular entre ciento cincuenta sociedades españolas y asimismo un cuestionario entre las sociedades gallegas.

Fondo: Archivo de la Federación de Sociedades Gallegas de la República Argentina

El cuestionario estaba firmado por Bonifacio Botana y Antonio Casais y evidencia una preocupación práctica alrededor del problema agrario gallego: dos tercios de las preguntas apuntan a ideas concretas para lograr el progreso del sector campesino. La redención del labrador que buscan los agraristas se transforma aquí en una serie de medidas concretas que apunten al progreso de la situación del aldeano, a la instrucción de sus hijos y a la resolución del problema foral. Preocupa el equipamiento en maquinaria, pero también la cuestión crediticia, la relación entre agricultura y ganadería, el mejoramiento de las razas, el desarrollo de formas de producción alternativas (apicultura, arboricultura, cooperativismo, etc.). En el cuestionario se observa la impronta del agrarismo gallego, pero también del socialismo (en el que militaban muchos de los organizadores), sobre todo al preguntarse por la “protección” de los obreros de mar y de tierra.

Las primeras ocho preguntas, sobre la Federación futura van delineando las actividades que en las décadas siguientes irán desenvolviéndose con mayor o menor éxito: biblioteca, periódico, acción cultural. Pero es significativa la novena pregunta que apunta a saber cómo se puede establecer un límite estatutario que excluya a los sectores enemigos de las ideas centrales de la Federación. Esto abre el interrogante sobre la identidad de la Federación y cómo esa identidad puede ser definida. Sólo la praxis societaria va a poder ir contestándola a través de los años.

Para el funcionamiento de la Comisión Organizadora Botana y Álvarez Padín adelantan cerca de 100 pesos, que son reintegrados en mayo a razón de 5 pesos por sociedad.

EL CONGRESO CONSTITUYENTE

Finalmente se convoca al congreso constituyente, que se realiza el 24 de septiembre de 1921, en la sede de la sociedad Moraña, Bolivar 655, que fue fijada como serie provisoria de la Federación hasta diciembre. El congreso dura varias noches y se clausura el 30 de octubre, es decir, más de un mes después del inicio de la reunión. Allí se aprueban la Declaración de Principios y la Carta Orgánica (estatutos) redactados por Ángel Martínez Castro sobre la base de idénticos textos del Partido Socialista Argentino.

Estatuto FSG.

Fondo: Archivo de la Federación de Sociedades Gallegas de la República Argentina

También Martínez Castro, que se perfila como uno de los principales líderes del congreso y de la Federación, es quien propone el lema “Ni Roma ni Moscú”. No sorprende la oposición a la Iglesia, pero sí llama la atención que el socialismo promueva en el nuevo agrupamiento un pronunciamiento explícito contra el régimen de los soviets. El socialismo (más el español que el argentino) estaba todavía en debates internos sobre la conveniencia de ingresar o no a la III Internacional, y los obreros afines al socialismo (así como los anarquistas) veían todavía con buenos ojos el régimen instaurado en Rusia. Pero advertimos aquí una actitud de intransigencia que es más significativa aún por el hecho de que haya sido Martínez Castro (militante y dirigente del Partido Socialista Argentino) quien lo propusiera, según afirma Bonifacio Botana.

Las sociedades que participan en el congreso constituyente son doce: Moraña, Moreira, Cultural de la Carballeira, Salceda; San Julián de Sales, Sangrenjo, Meaño, Silleda, Comité de Puenteareas, Unión Galaico Americana, Residentes de Outes y La Cañiza. En el año que duraron las discusiones para la creación del organismo quedaron en el camino La Estrada, y el Orfeón Gallego, aunque se integraron más adelante.

No es fácil determinar las sociedades fundadoras de la FSG, ya que no hemos encontrado las actas del congreso constituyente, y las noticias posteriores son fragmentarias. Aquí seguimos el listado que ofrece Bonifacio Botana, en el texto señalado antes, evocativo de los veinte años de la Federación. Ese texto también está suscripto y controlado por otros dos fundadores: Manuel San Luis y Ramón Villaverde. Nunez Seixas (1998:287) afirma que las entidades fundadoras son trece, y la diferencia con la lista que hemos presentado más arriba consiste en que no integra a Residentes de Outes (con lo cual quedarían once), pero agrega como observadoras no federadas a Nogueira de Ramuín y Federación de La Coruña, sumando todas trece. Ahora bien, Outes era efectivamente federada, como se observa en los primeros números de El Despertar Gallego (EDG) donde Juan González es su delegado y la sociedad colabora con el sostenimiento del órgano federal.

De la presencia de Nogueira de Ramuín y de la Federación de La Coruña no tenemos noticia cierta sobre su presencia en el congreso constituyente. Residentes de Outes no tendrá casi participación futura en la FSG, posiblemente porque su dirigente González parte hacia España. Por otra parte, a fin de año deja de participar también la sociedad de Moreira, pero se integran Hijos de Lalín y Unión Provincial Orensana, con lo cual con su primer aniversario la suma vuelve a dar doce sociedades (EDG, 12-12-22)

El congreso constituyente elige nueve de sus miembros para constituir la Junta Ejecutiva, inaugurando una costumbre que será permanente en la Federación: las bases eligen a todos los miembros de un organismo directivo, y luego éstos, reunidos, distribuyen a su vez cada uno de los cargos. Así las autoridades de Junta Ejecutiva son determinadas en la primera reunión plenaria de ésta, el 2 de noviembre de 1921. y los elegidos son los siguientes: secretario general, Angel Martinez Castro: secretario de actas, Venancio Oubiña Pombo; tesorero, Ramón Villaverde, vocales: Jose Barreiros, Bonifacio Botana, Avelino Valladares, Juan González, Domingo Sendón y Antonio Fernández Lorenzo. Se fija como día de reunión los miércoles a las 21 horas (acta N.º 1 de la Junta Ejecutiva, Galicia, 2-11-40).

Fondo: Archivo de la Federación de Sociedades Gallegas de la República Argentina

La Declaración de Principios aprobada por el congreso constituyente establece que “el origen de los males que aquejan a nuestra región está en la indiferencia y apatía del pueblo rural gallego” y en esta formulación se observa que Galicia es considerada una “región” (apelativo que será cuestionado más adelante por el galleguismo, que considera a Galicia una nación), y se ubica el origen de todos los males en la explotación del campesino por la “clase caciquil gobernante”. Ninguna fórmula establece una diferenciación de Galicia con respecto al resto de España, más que la existencia previa de las sociedades que concurren a la constitución de una Federación. Tampoco se hace referencia alguna al aspecto cultural en Galicia, salvo la coincidente preocupación por la educación, que acompaña a la necesidad de “despertar” al labriego, apático y “abandonado a su propia suerte”.

En cuanto a los estatutos, exponían los principales fines de la Federación: un edificio común, un órgano de propaganda, la cooperación libre, la uniformización de los estatutos de las diferentes sociedades “tanto aquí como en la región”. Esta última cláusula nos demuestra que las sociedades en la Argentina no se veían inicialmente como entidades de emigrantes, sino que se consideraban en un plano de igualdad con las sociedades agraristas de Galicia, a quienes pretendían influir incluso en el plano estatutario. No hay que desestimar el hecho de que ´Ángel Martínez Castro, redactor de los dos documentos aprobados por el congreso, durante varios años fue agrarista, militancia que no se veía como incompatible con su ideología socialista.

La primera tarea de la nueva Junta Ejecutiva es la creación de un periódico, que se llamará “El Despertar Gallego”, y cuyo primer número saldrá sólo dos meses después de la constitución de la Federación, el 1 de enero de 1922. Para ello es elegida una comisión de prensa donde figuran Alonso Ríos (director), Manuel Cao Turnes y Manuel González Iglesias (o Xastre de Lalín). Para que la aparición regular del órgano federativo fuera posible se solicita el apoyo de los federados y amigos, a través de un aporte voluntario. Entre los donantes figuran el mismo Manuel González Iglesias, Jesús Blanco, Ángel Lamela, Rogelio Abades, José Cacheiro, todos ellos destacados dirigentes en la historia posterior de la Federación.

El primer número de “El Despertar Gallego” contiene un editorial firmado por su director, llamado “en la palestra”, que es una encendida defensa de la necesidad de redención del campesino gallego, postulado coincidente con el agrarismo que siempre defendió Alonso Ríos. Se suele afirmar que este dirigente era socialista o cercano al socialismo en el momento en que se constituye la Federación. Sin embargo, con los pocos registros que podemos contar, vemos que se están estableciendo diferencias de criterio y de concepción con los socialistas más caracterizados, como Ángel Martínez Castro, Venancio Oubiña Pombo, Ángel Hermida, o Miguel Navas. Esas diferencias van a ir acentuándose con el tiempo, en los años 30 los van a poner a unos y a otros en veredas diferentes en la pugna por el control de la Federación.

Año I Num. I de El Despertar Gallego. 1922

Fondo: Archivo de la Federación de Sociedades Gallegas de la República Argentina

Alonso Ríos, en el editorial que comentábamos (El Despertar Gallego, 1-1-22), aboga por la redención del campesino, por la unidad de los “centenares” de asociaciones de la Argentina en un organismo común y llama a unirse a esta convocatoria, la primera que se haya hecho “con espíritu realmente democrático”. Pero Alonso Ríos nada nos dice del objetivo social y político que puede animar a la Federación con respecto a Galicia. En cambio sí lo dice Venancio Oubiña Pombo en otro artículo del mismo periódico, “Quiénes somos, qué queremos y adónde vamos”:

Los hombres de la Federación de Sociedades Gallegas queremos que nuestros labradores, nuestros trabajadores de la tierra, nuestros campesinos en Galicia, lleguen a comprender que el problema de emanciparse del yugo en que yacen oprimidos, no lo resolverán hasta tanto no se dispongan a edificar, sobre las ruinas del presente, el gran edificio de la sociedad del porvenir, en la que no habrá clases sociales, no habrá explotados ni explotadores; solamente existirá el régimen de la fraternidad, de la igualdad y de la justicia; en fin, queremos que luchen por el advenimiento de la sociedad colectiva, para que exista en el mundo un poco más de paz y armonía entre los hombres.

La Federación organiza varios mítines en esos primeros años. El inaugural es un acto por la abolición de los foros en Galicia, el 16 de marzo de 1922, en la sede del Orfeón Español, Piedras 534. Hablan ese día Martínez Castro, el doctor Carballo, M. Marante, Alonso Aboy Castro y Alonso Ríos.

El periódico saldrá en principio una vez por mes y pronto será un factor de atracción de primer orden para el conjunto de la colectividad gallega emigrante. Como se ha dicho más de una vez, es tan cierto que la Federación creó El Despertar Gallego como afirmar que fue el periódico el que creó la Federación, pues sus números, que siempre contaron con un gran nivel de información y de profundidad ideológica, dieron a conocer el ideario del organismo al conjunto de la colectividad y fueron también un factor de educación interna hacia el conjunto de los federados.

La Federación, por su radicalismo y su férrea decisión en cuanto a la liberación de Galicia, pronto suscita el apoyo de numerosas entidades, pasando de 12 sociedades con 1300 afiliados en su congreso inicial de 1921, a 33 sociedades con 4500 afiliados en 1925. A la vez el periódico se transforma de mensual en quincenal, frecuencias que mantendrá hasta 1930, cuando cambie el nombre por Galicia y adopte una frecuencia semanal.

Entretanto, la FSG va desenvolviendo su vida burocrática con rigurosa puntualidad: congresos anuales, reformas de la carta orgánica, alternancia de dirigentes, cambios frecuentes de sedes. En diciembre de 1922 se realiza el segundo congreso ordinario y se elige una nueva Junta Ejecutiva, encabezada por Manuel San Luis como secretario general y Antonio Pérez como tesorero. La comisión de prensa es confirmada, pero se agrega Ángel Martínez Castro. La modificación más importante desde el punto de vista de la estructura dirigencial surge en un congreso extraordinario de septiembre de 1924 (EDG, 21-9-24), cuando se crea el Consejo Federal.

Este organismo estaba formado por un representante de cada sociedad federada. Mientras la Junta Ejecutiva era entonces un organismo político y sus miembros eran elegidos a través de listas en los congresos ordinarios, el Consejo Federal se constituía como una representación igualitaria de todas las sociedades. Esta doble articulación de los organismos decisorios, que en principio fue pensada -como en la división tripartita de la democracia liberal- para equilibrar los poderes y evitar la concentración, sería años después un factor de división y de refugio de diferentes sectores en pugna, cada uno en el ámbito que controlaba.

Carnet de la Federación de Sociedades Gallegas

SEDES

A lo largo de su historia, la Federación ha trasladado sus actividades a diferentes sedes producto del devenir político y económico de la Argentina y de la misma entidad. De aquella primera casa de la calle Bolívar 655 hasta la actual de la calle Chacabuco 955, fueron varios los traslados a que se vio sometida aunque siempre estuvo restringido al mismo barrio de la ciudad de Buenos Aires. Reseñamos a continuación estos traslados e incluimos un plano de localizaciones:

1. Bolívar 655

Fue la primera sede de la Federación de Sociedades Gallegas desde su Congreso Constitutivo del 24 de septiembre de 1921. Luego de varias reuniones previas en locales cedidos por entidades participantes, la Federación instala su secretaría temporalmente en la sede de la Sociedad de Moraña, Bolívar 655, edificio hoy transformado en un baldío.

2. Piedras 867

Esta segunda sede fue utilizada desde finales del año 1921 hasta abril de 1922. Los primeros números que se publicaron del órgano federal, El Despertar Gallego, se editaron desde esta dirección como sede de la redacción.

En el mismo edificio, con frente a la calle en su planta baja, tenía su local de confección Manuel González Iglesias, “O Xastre de Lalín”, uno de los más importantes animadores de la Federación, quien murió prematuramente en el año 1926.

El edificio, tal como se encuentra en su estado actual, es el mismo que utilizó oportunamente la Federación como una de sus sedes.

Piedras 867

3. Chacabuco 462

Otra de las sedes de la Federación fue este edificio de la calle Chacabuco 462, y que data del siglo XIX. El edificio se encuentra actualmente en buen estado de preservación. Como sede de la Federación abarcó el período que va desde abril de 1922 hasta mayo de 1923.

Chacabuco 462

4. Bolívar 354

Sede por pocos meses, desde mayo hasta agosto de 1923. La Federación alquilaba el local de planta baja, hoy dividido entre un estudio jurídico y una agencia de lotería.

5. Perú 359

Sede del Orfeón Gallego, donde la Federación se instaló en agosto de 1923 hasta febrero de 1925. El inmueble se transformó en los años 60 en un gran edificio de oficinas.

6. Bolívar 611

Ocupada por la Federación desde febrero hasta septiembre de 1925. Hasta ahora, se alquilaban salas o salones en edificios colectivos. La de Bolívar 611 es la primera casa íntegra alquilada por la Federación, que ya unifica a 33 sociedades con 4.000 socios. Se planifica hacer reformas para dar clases de aritmética, correspondencia y teneduría de libros. El edificio actual es el mismo que ocupó la entidad federal.

7. Salta 1185

Sede desde junio de 1925 hasta septiembre de 1929. Contaba con un teatro “de 600 sillas”, para realización de los actos federales. En esta sede se produjeron las más ásperas discusiones entre el sector socialista y los grupos nacionalistas, que llevaron a la ruptura en dos federaciones separadas. Con la fractura, cada grupo se va a una sede diferente. El inmueble se transformó hoy en una playa de estacionamiento.

8. Piedras 771

La Federación socialista se va provisoriamente a la sede del Centro Republicano Español, desde octubre de 1929 hasta junio de 1931. El inmueble original fue tirado abajo y hoy lo ocupa una playa de estacionamiento.

9. Bartolomé Mitre 1281

La Federación socialista se instala aquí desde junio de 1931 hasta la reunificación con el sector nacionalista, en junio de 1937. Durante esos años es conocida como “la Federación de Bartolomé Mitre”. El inmueble es hoy una playa de estacionamiento.

10. Belgrano 1732

Aquí se instala la Federación nacionalista, conocida como “la Federación de la calle Belgrano”, en septiembre de 1929 hasta la reunificación en junio de 1937. El edificio es muy probable que haya sido construido en la década del 40, es decir que no es el inmueble original ocupado por la Federación.

11. Independencia 947

Decidida la unificación en septiembre de 1936 (tras el inicio de la guerra civil por el golpe de Franco), las dos entidades funcionan juntas, pero divididas en las dos sedes previas (Belgrano y Bartolomé Mitre), en la búsqueda de un edificio para comprar y consumar la reunificación. Este solar de la avenida Independencia ya informan como adquirido en el semanario Galicia. Durante tres meses se vive la euforia de la compra de la casa propia. En ese momento cuenta con planta baja y primer piso, y un segundo piso más retirado, que no se veía desde la calle. La compra fracasa por problemas de papeles de la parte vendedora. El edificio actual es el mismo que describen los informes de 1937, aunque ampliados el segundo y tercer piso.

Independencia 947

12. Bolívar 1165

Fracasada la adquisición del edificio de la avenida Independencia, se decide alquilar esta sede a su propietaria, doña María Martínez de Hoz de Gutiérrez Casares. La sede es amplia pero un poco alejada de los lugares donde suele activar la masa federal, y allí instalan su secretaría la mayoría de las sociedades de las dos federaciones ya unificadas. Además, el edificio no cuenta con un salón teatro para actos.
Esta sede fue ocupada por la Federación desde junio de 1937 hasta julio de 1940 y allí se desarrolló gran parte de la inmensa tarea de socorro a las víctimas de la guerra civil, ayuda a los combatientes y solidaridad con los refugiados en Francia. La fotografía de la derecha exhibe la vista actual del edificio, que es el mismo que ocupó la Federación oportunamente.

Bolívar 1165

13. Alsina 1195

Ocupada desde julio de 1940 hasta la compra de la casa propia en diciembre de 1942. Este edificio, donde se ocupaba el primero y segundo piso y la azotea, era más chico que el anterior de Bolívar 1165, pero más cómodo geográficamente. El inmueble es hoy un edificio de oficinas construido en los años 50.

14. Chacabuco 955

Primera sede propia, adquirida en septiembre de 1942 y ocupada por todas las sociedades en diciembre del mismo año. La foto es del año en que se adquirió. Era propiedad de Rodolfo B. Thompson y había sido terminada en 1927, aunque la construcción demoró posiblemente más de 10 años. El edificio actual conserva la boisserie, las arañas y los vitrales originales del inmueble. La puerta principal era entrada de carruajes, al fondo había un gran jardín con una fuente central y más atrás un garage. Si se observa la puerta en la foto, se verá que la luz intensa evidencia el jardín del fondo. En el mismo mes se adquirió la casa lindera (Chacabuco 947), que fue demolida –al igual que el jardín y el garage– para construir el Salón Federal, luego Teatro Bambalinas, inaugurado en 1947. Las dos propiedades le costaron a la Federación 160.000 pesos moneda nacional. En la foto se observa, a la izquierda, un comercio de la Esso donde ahora hay un mercado autoservicio. A la derecha, se entrevé la vivienda que en 1946 fue demolida para construir el teatro y hoy es la entrada del mismo.

MAPA DE LA UBICACIÓN DE LAS DISTINTAS SEDES DE LA FEDERACIÓN

Bibliografía:

DÍAZ, Hernán, Historia de la Federación de Sociedades Gallegas. Identidades políticas y prácticas militantes. Buenos Aires, Fundación Sotelo Blanco- Biblos, 2007.

Fuentes

Editadas

El Despertar Gallego, Federación de Sociedades Gallegas (1922)

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https://www.espanaexterior.com/el-especial-historias-de-ida-e-volta-de-septiembre-se-centra-en-el-centenario-de-la-federacion-de-asociaciones-gallegas-de-la-republica-argentina/

https://www.cronicasdelaemigracion.com/articulo/galicia/historias-ida-volta-septiembre-centra-centenario-federacion-sociedades-gallegas-argentina/20210924134201105168.html

http://consellodacultura.gal/especiais/historias-de-ida-e-volta/detalle.php?e=7099&c=10362

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